Cuando Salvatore conoce a su vecina, Mañola Lacharme, se afianza su amor por el ciclismo, pero es a su mejor amigo, Fercho (quien le enseñó a andar en bicicleta), a quien le debe su pasión por este deporte. El sueño compartido de ambos era ser ciclistas, pero Fercho tiene un accidente. Ahí es cuando Salvatore hace una promesa en su honor y comienza a destinar sus días a mejorar para convertirse en un ciclista profesional. Así, con la compañía y guía de su entrenadora Mañola y de varios amigos, experimentará la aventura del deporte y la vida.