La Gran Rata de Sumatra, uno de los últimos buques piratas del siglo XIX, ancla en el puerto de San Diego por última vez. Los tripulantes pueden unirse a otra nave o acompañar al capitán a su nueva hacienda en California. Sólo Náufrago, el grumete, no tiene alternativa: tras una muestra de lealtad hacia su capitán, se convierte en el guardián de un par de costosas esmeraldas.