La tranquila vida de Faten se interrumpe cuando su padre le consigue un trabajo como empleada doméstica con una familia de Beirut. Entonces, esta chica debe abandonar su pueblo y sobrellevar los caprichos de sus jefes y sus dos hijas en la ciudad. Privada de sus amigos y del sueño de estudiar, Faten anhela recuperar su independencia, por lo que ingenia un plan con ayuda de un vecino con quien, poco a poco, se teje algo más que una amistad.