Casandra acaba de mudarse a la ciudad y está convencida de que la vida en la playa era mucho mejor. Allá, sus compañeras de escuela no la veían como bicho raro ni sus maestras la regañaban por subirse a los árboles. Ahora las reglas han cambiado, pero no permitirá que unas niñas bien peinadas le hagan la vida imposible.